
Construí un invernadero, me convertí al culto bonsai, liberé los pájaros de mi cabeza ohm pio crik guauh y, como comìa libros antes de leerlos me transformè en papel machè y màs tarde me hice àrbol robusto, peludo, con muchos brazos. Me fui dando cuenta, poco a poco, de modo que tuve tiempo de retirarme y dejarme crecer. Ya comienzo a pensar en madera de manera tal.